martes, 13 de diciembre de 2011

El mundo de la inmediatez y el periodismo basura


«Gracias» a la televisión, la radio, internet, las redes sociales y los teléfonos móviles…el ser humano está al corriente de todo lo que ocurre en el mundo… hasta se podría decir "empachado" de información, pero no necesariamente "informado".

El desfasaje entre el avance de las tecnologías de información y la comprensión de lo que pasa a nuestro alrededor, parece surrealista.

Esa posibilidad de obtener información de manera instantánea,  parece ser una excusa colectiva para que aparezcan rumores a escala planetaria.
En realidad este fenómeno transmite una especie de mala-onda globalizada, compartida por todos los terrícolas al mismo tiempo.

Las tecnologías modernas, nos permiten estar en diferentes lugares al mismo tiempo.
La profunda conexión entre lo real y lo virtual, la disponibilidad de la información a cualquier hora, desde cualquier lugar y con una variedad de dispositivos tecnológicos que modifican la forma de acceder a la información y al conocimiento, hacen que los seres humanos tengamos el poder de ubicuidad.

Sin embargo, nos asalta un sentimiento de falta de transparencia, que se incrementa con la multiplicación de vías de información que se superponen, y que lejos de clarificarse unas con las otras, al contrario…se enredan entre ellas, formando un cóctel incomprensible.
Entonces tenemos dos opciones: o nos refugiamos en una especie de incredulidad crónica, porque no nos queda claro para nada lo que nos están contando; o nos alarmamos mucho más de lo debido, por las proporciones que toma la noticia al ser difundida y re difundida miles de veces por día, con imagenes sangrientas, violentas y tremendamente chocantes.

Al final, terminamos por aceptar lo que nos dicen, porque está televisado, facebookeado, twittereado, radiodifundido, impreso, y en cada una de esas fuentes, condimentado con una estética particular propia de cada uno de esos medios.

Quién es responsable de este «cacao desinformativo»? Por un lado, la prensa audiovisual, oral y escrita, sea impresa o electrónica, por supuesto. Pero no solamente…
No olvidemos que hoy por hoy, la sociedad  de lo inmediato en todos los campos, exige esa simultaneidad. El público pide la información simultánea. Y a la prensa le importa muy poco tener en cuenta los riesgos de esta tecnología de avanzada, que permite a cada grupo o individuo decir lo que se les pase por la mente en tiempo real.

Además, si los medios de comunicación priorizan la información "basura sensacionalista", es sencillamente porque la gran mayoría del público busca esa basura. Es muy decepcionante, pero es la triste realidad

Esperemos que el mañana venga menos cargado de escándalo, sangre, sensacionalismo, amarillismo …y que se vuelva a los valores de ética, discreción y respeto por la privacidad y sensibilidad humanas, dándole importancia a lo que realmente la tiene, como la educación, alimentación y salud. Amén!




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